yo misma

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Lejos no porque mí mente lo quiera, sino porque tu cuerpo me lo pide. Con la lejanía que nos separa a cada momento, sin darnos la oprtunidad de acercarnos. Circunstancias que nos aparta de lo que deseamos y sin embargo no somos capaces de dominarlas.
Acostumbrando a nuestros cuerpos a ser sin estar, a un ente que busca contacto en lo inseguro, en lo intranquilo, en un nada que nos afecta nos deprime. Es un más allá sin fronteras, en algo que no podemos ni visualizar, pero estamos conscientes que existe y que puede ser nuestro en el momento que querramos.
Siguen jugando nuestras mentes y nuestros cuerpos en un algo que puede ser, pero no lo es, con la sensación a cada instante de lo no debido, de lo insensato, de lo absurdo y de lo prohibido
Susana 2/4/1992