lunes, agosto 30, 2004
Ardiente Verano
Lo hicistes de la forma más sutil, sin darme tiempo de pensarlo. En aquel verano ardiente, onde todos estabamos como el.
Fuistes descubriendo cada parte de mi y yo cada parte de tí, hasta el ultimo recodo de nuestros cuerpos y de nuestras propias almas.
Fue una sensación diferente al hacerlo en aquella pequeña selva. Donde se sentía con mayor extasis eses hermoso verano.
Y fueron largos aquellos días anteriores a esos momentos donde con voz muy tenue me decías: TE AMO.
Yo para evitar la correspondencia de aquella frase buscaba en otro, aquel amor oculto que quería descargar en tí...
Pero fue muy largo aqul verano como para darte tiempo a que te acercaras a mí en aquella noche, en que me sentía desfraudada por el amor que creia mío.
Me tomastes entre tus fuertes manos y me fuistes despojando de cada una de mis prendas para llevarme al fin al lecho de arena, donde se fusionaron nuestros cuerpos como un solo cuerpo. Tanto mi imaginación como la tuya fueron volando mas allá del limite del universo donde nos aceptó sin el mas mínimo rechazo...
Solo así pude ser tuya, con tu suavidad; delicada sutilidad que me envolvió e influyo para ser complice en tus juegos de ideas, de caricias, de imagenes, de frases...
Y ahora tus pensamientos son mis recuerdos y están presentes en cada idea relacionada con ese largo y ardiente verano, que fue el primero en su sencilla complejidad, pero fueron muchas otras, que no podimos comparar con ese bello arte sutil de amar y ser amado por primera vez
1988
